¿Qué es la Asamblea Nacional Constituyente?
La Asamblea Nacional Constituyente es un órgano temporal que tiene la misión de redactar una nueva Constitución, es decir, la norma que define las reglas del Estado y los derechos de los ciudadanos.
En términos simples, funciona como un Congreso extraordinario, elegido por voto popular, que representa a la sociedad en uno de los ejercicios más profundos de la democracia: repensar el pacto que organiza al país.
El camino constituyente de Petro se anuncia más difícil de lo que parece
Aunque la idea de una Asamblea Constituyente suena decisiva, el camino para materializarla es lento y lleno de obstáculos políticos. Ni los tiempos ni las alianzas juegan hoy a favor del presidente de Colombia.
En el mejor de los escenarios, el trámite podría tomar más de un año y medio, pues debe superar los filtros del Congreso de la República y de la Corte Constitucional, dos poderes con los que el presidente mantiene tensiones.
Con el presidente del Congreso, Efraín Cepeda, por supuestamente bloquearle la ley de presupuesto y con el de la Corte, Jorge Enrique Ibáñez, por aparentemente dilatar la reforma pensional.
Esa distancia institucional se ha hecho evidente en los choques: con el presidente del Congreso, Efraín Cepeda, por el bloqueo a la ley de presupuesto, y con el presidente de la Corte, Jorge Enrique Ibáñez, por la aparente dilación de la reforma pensional.
¿Cuál es el camino para convocar una Asamblea Constituyente?
Convocar una Asamblea Constituyente no es una decisión inmediata ni depende solo de la voluntad del presidente. Aunque Gustavo Petro puede iniciar el proceso, necesita superar varios filtros institucionales que garantizan el equilibrio de poderes.
Primero, el proyecto debe aprobarse en ocho debates del Congreso, un trámite que puede extenderse durante un año. Luego pasa a revisión de la Corte Constitucional, que dispone de entre dos y cuatro meses para determinar si el texto respeta los límites legales.
Si la Corte lo declara viable, el siguiente paso es un referendo nacional, en el que la ciudadanía decidirá si aprueba o no una nueva Constitución. Para que el proceso avance, deben participar al menos 20 millones de votantes y obtener mayoría por el “Sí”.
Solo en ese punto, el presidente puede convocar a elegir a los representantes para crear la nueva Constitución Política.
El riesgo institucional que despierta la propuesta de la Asamblea
El ministro de Justicia, Eduardo Montealegre, presentó un borrador de proyecto de Ley de Asamblea Nacional Constituyente que plantea reformar por completo la Constitución de 1991. Según el funcionario, en Colombia existe un “bloqueo institucional” que impide avanzar con el programa social del Gobierno de Gustavo Petro.
Con esta decisión, el presidente Gustavo Petro genera una profunda incertidumbre sobre la democracia en el país y, de paso, afecta la confianza de los mercados y la estabilidad de las instituciones.
Cuando el poder se impone sobre los límites
La propuesta de una Asamblea Constituyente no solo busca cambiar la Constitución, sino que estratégicamente podría otorgar al presidente de Colombia la vía libre para aplicar las reformas sociales (como las de salud, laboral o pensional) que han sido bloqueadas o modificadas sustancialmente en el Congreso debido a fallas logísticas, debates económicos o falta de mayorías.
De concretarse, la consecuencia política sería decisiva: el presidente podría avanzar con su agenda de gobierno sin la resistencia del poder legislativo ni el control de las instituciones que hoy equilibran el sistema.
Esa posibilidad no surge del vacío. En el borrador del proyecto, Petro plantea otorgarse la facultad de emitir decretos con fuerza de ley, una herramienta que, en la práctica, traslada el debate político al escritorio presidencial.
Petro traiciona a sus electores
En varias ocasiones, el presidente Gustavo Petro aseguró que nunca convocaría una Asamblea Constituyente. En 2018, durante su primera campaña, llegó a firmarlo “en mármol” antes de la segunda vuelta, como una muestra de compromiso con la estabilidad institucional.
Años después, en 2022, repitió esa promesa durante el último debate presidencial, apenas dos días antes de la primera vuelta, insistiendo en que una nueva Constitución no hacía parte de su proyecto político.
¿Chavismo 2.0?
El presidente Petro repite la lógica que usó Hugo Chávez para perpetuarse en el poder en Venezuela.
Luego de ganar democráticamente en 1998 y haber ido a la cárcel por insurgente en 1992, tal y como pasó con Petro en los 80, Chávez convocó a una Constituyente en 1999 que le permitió reelegirse hasta su muerte en 2013.
Aunque Petro ha dicho que no busca reelegirse, reformar la constitución es una carta blanca que puede aprovechar.





